jueves, 30 de julio de 2009




Héroes del silencio en Cheste (Valencia)




Ya nos lo hacía presagiar los insuperables Héroes del Silencio en la década de los años 90. Las tensiones vividas en el seno del grupo indicaban una separación del mismo, pero en su patente huída de los escenarios a finales de los 90, Enrique Bunbury decía en sus últimos conciertos “nos veremos en la gira del próximo milenio”. Además, la canción Parasiempre decía es su letra “parasiempre, no hay nada parasiempre”, con lo que la mítica banda no nos transmitía un simple “adiós”, si no un dulce “hasta luego.” No se sabía acerca de su próxima vuelta, pero en el año 2007 anunciaron una gira con 10 únicos conciertos, empezando la misma por Sudamérica y terminando en España. Todos los conciertos han cumplido las expectativas de aforo completo. En el caso particular de Zaragoza (donde el grupo ofreció dos conciertos) y Sevilla se agotaron las entradas en tan sólo un día, batiendo récord en este sentido. Tras la multitudinaria avalancha de gente, valga la redundancia del empleo de esta palabra cuando se está hablando de Héroes, el último concierto se acordó realizarlo con aforo ilimitado, pensando como lugar del evento el Circuito Ricardo Tormo de Cheste (Valencia) para el día 27 de octubre. Sobre este concierto, el ÚLTIMO, es que se comentará a continuación.


Para éste último concierto vino gente de toda España, predominando el público madrileño. El circuito abarca gigantesco terreno dónde desde unos días antes del concierto, los asistentes foráneos de Valencia guardaron noche. Para poder disfrutar del concierto era requisito indispensable acudir pronto a la cita, pues debido a las grandes retenciones del tráfico, hubo mucha gente que no pudo entrar al concierto y muchos entraron con un par de canciones ya sonadas. En el exterior aguardaban numerosos puestos de comida y venta de productos de Héroes. También pudieron probar los asistentes la nueva versión del juego de Guitar Hero III legens of rock donde se puede observar como única canción en español del juego la de Avalancha de Héroes del Silencio. Un espacio más grande que dos campos de fútbol esperaba la actuación llenándose paulatinamente hasta que el reloj diera la 21:00.



Haciéndose esperar 10 minutos y con gente aún llegando empezó a sonar la mítica Song to the siren, canción que abre los conciertos de banda. Una canción que hizo saltar al público presente (y seguro que a los asistentes a los cines Yelmo, que retransmitió el concierto también). Tras unos tres minutos con Song to the siren aparecieron ELLOS, la banda española mas internacional de todos tiempos se postraba una década después de su desaparición ante su último concierto. El estanque, canción del primer disco, el mar no cesa abría la terna de canciones, mientras los asistentes enloquecían. Esperaban desde este instante dos horas y media de actuación, mezclando en ellas unos 45 minutos dedicados a canciones más acústicas, dónde los componentes tocaron sentados en un taburete. Se hizo un repaso general sobre su discografía, tocando un mayor número de temas de sus dos primeros discos (El mar no cesa y Senderos de traición). No faltaron por descontado sus temas valuarte. Se tocaron además canciones que el grupo normalmente nunca solía tocar en sus antiguos conciertos de hace más de 10 años, canciones como Agosto, En brazos de la fiebre, Malas intenciones o No más lágrimas. Especialmente bueno, fue el momento en el que se tocó Entre dos tierras, dónde sus inconfundibles primeros acordes hicieron saltar y emocionarse a todos los presentes, acto seguido, con un inicio de armónica diferente al original del disco, sonó otro de los platos fuertes del grupo, Maldito duende. A mitad concierto más o menos, Bunbury toma la palabra desde la pasarela y tras los múltiples gritos del público aclamando “Héroes, Héroes, Héroes…” el mediático cantante afirmaba: “hoy es un día muy importante para nosotros, hoy es el último concierto”. Bunbury presenta a su banda diciendo “¿ustedes nos conocen?¿ustedes saben quiénes somos?”. Presenta pues de la siguiente forma a los componentes: en la batería a “Mr”. Pedro Andreu, en el bajo a “el último cheeroky” Joaquín Cardiel, como segundo guitarra a Gonzalo Valdivia “el alquimista”, y por último pide una ovación especial para “el maestro” Juan Valdivia. Tras acabar esta presentación se empalmó desde la pasarela la preciosa canción La Herida. Otro momento aclamado fue tras el grito de Bunbury “!Avalanchaaaaa¡”empezando la canción que lleva el mismo nombre y dónde desde el escenario se proyectaron llamaradas de fuego. Realmente emotivo y melancólico fue unas de las preferidas del público, con las luces apagadas y con miles de mecheros en alto sonó La chispa adecuada que puso los pelos de punta a los presentes y que acabó con un lanzamiento de serpentinas. La fantástica canción En brazos de la fiebre cerró el concierto.



Por lo que respecta al público cabe decir que estuvo entregado a la banda desde el principio, la entrega fue recíproca. El grito de “Héroes, Héroes…” fue una constante, la gente saltó y vibró durante todo el evento y no paró de cantar todas las canciones, donde seguro que más de uno se levantaría al día siguiente con alguna afonía.



Por último, haciendo una breve reseña sobre la actuación de los componentes, decir que estuvieron magníficos. Joaquín Cardiel ayudó (como de costumbre) con la voz en algunos momentos de las canciones. Gonzalo Valdivia aprobó, ya que recordemos que ha sido un fichaje para estos 10 conciertos. Con respecto a otros grupos, los guitarras y el bajo de Héroes del Silencio no vibran, actúan o hacen espectáculo, si no que se mantienen quietos en sus puestos. Caso paradigmático es el de Juan Valdivia que no canta en ningún momento y se mantiene impasible en su sitio sin moverse, tocando en más de una ocasión con el cigarro en la boca. Valdivia ha sido criticado por esa forma de actuar en estos conciertos, pero recordemos que siempre a sido así durante toda su carrera, sobre Valdivia recae simplemente el virtuosismo y maestría a la guitarra, tocándola de manera “chulesca” como de costumbre. Recae la nota de color sobre Bunbury que con sus movimientos y actuación se basta el sólo para amenizar el escenario, considerado por sus formas y maneras como único en el mundo de la música. Esta curiosa escenografía del grupo se también mantuvo en este último concierto. Por último por lo que respecta a Bunbury, estuvo mágico como de costumbre, tan sólo decir que le faltó la fuerza escénica y la florituras y sonidos que nos tenía acostumbrados ha hacer con su voz y que no se vieron en el concierto de Cheste (quizá por su edad ha dejado de hacer algunas cosas que hacía de joven), pero que han sido sustituidas por una mayor técnica vocal.



2 CONCIERTOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario